Redacción: Carolina Flores Campos
(Guayaquil, Guayas.-
El manglar ubicado junto a la urbanización Jardines del Salado, en la avenida Rodríguez Bonín, ciudad de Guayaquil, ha pasado de ser un lugar de recreación y pesca a convertirse en un foco de contaminación ambiental.
Antiguamente, los vecinos disfrutaban de actividades como campamentos y pesca en las orillas del manglar, donde abundaban peces, cangrejos y otras especies. Sin embargo, hoy la realidad es completamente distinta.
Un informante del sector señaló que una empresa habría vaciado diésel en las aguas, lo que generó un cambio drástico en el ecosistema.

Darwin Chipantiza, quien vive a orillas del manglar, lamentó las consecuencias: “Antes despertaba con el verde de los árboles y el agua clara. Ahora, el olor es insoportable, y el agua tiene un color gris opaco con una capa lamosa encima”.
Vecinos exigen acción de las autoridades
La contaminación ha provocado la muerte de muchas especies marinas, y las pocas que sobreviven no son aptas para el consumo humano debido a la alta toxicidad.
Madelayne Salazar, residente de Jardines del Salado, expresó su decepción: “Esto afecta no solo al medio ambiente, sino también a nuestra calidad de vida. Hemos presentado denuncias al municipio y al Ministerio de Ambiente, pero hasta ahora no hemos obtenido respuestas”.

Carlos Aguilar, otro vecino de la urbanización, hizo un llamado de atención: “Es fundamental que las autoridades intervengan. Además, necesitamos que la comunidad sea consciente y deje de botar basura en el manglar. Esto solo empeora la situación”.
El municipio ha advertido que aquellos vecinos que sean sorprendidos arrojando desechos en el manglar serán sancionados con multas más severas.
Mientras tanto, se insta a los habitantes a evitar caminar cerca de las orillas del manglar y a mantener alejadas a sus mascotas del agua contaminada, ya que los efectos sobre la salud de las personas y los animales aún no se han determinado con precisión.

La comunidad de Jardines del Salado pide a las autoridades locales y ambientales que tomen medidas inmediatas para restaurar el ecosistema y proteger el manglar, un espacio vital para la biodiversidad y el bienestar de los vecinos.
Por un mundo más verde y un desarrollo sostenible, los habitantes exigen respuestas y soluciones urgentes.